Este momento para recibir el año nuevo se presta fácilmente a que podamos hacer un examen de conciencia, hacer una reflexión y hacer oración
Cada año nuevo es un momento especial, que nos invita a mirar hacia atrás, hacia el año que ha pasado y lo que esperamos del año que está por venir. El nuevo año da espectativas a nuevos horizontes, se cierra un capítulo, una puerta y suavemente se abre otra.
El nuevo año marca el comienzo de un sentido profundamente emocional en la renovación, reafirmación y los nuevos retos, así como las nuevas oportunidades que se presentarán. Este es un momento que se presta fácilmente a un examen de conciencia, de reflexión y de oración.
A continuación te presentamos la siguiente oración que puede ser rezada en familia, en la víspera del año nuevo, todos reunidos alrededor de la cena familia. Se necesitará que se escoja un líder para que la vaya guiando
Todos: Señal de la cruz.
Líder: "Alabemos al Señor del día y de las estaciones y de los años, diciendo:
¡Gloria a Dios en las alturas.
¡Gloria a Dios en las alturas.
Todos: "¡Y a su pueblo paz!"
A continuación, el líder puede utilizar estas u otras palabras parecidas para introducir la bendición:
Lider: "Nuestras vidas están hechas de días y noches, de las estaciones y los años, ya que somos parte de un universo de soles y lunas y planetas. Marcamos fines y hacemos comienzos y, en general, alabamos a Dios por su gracia y misericordia que llenan nuestros días."
En este momento, se lee la Sagrada Escritura (Génesis 1,14-19)... (Se puede usar la Biblia de la familia si se desea usar otra lectura, como por ejemplo el Salmo 90,1-4)
Líder: Escuchen las palabras del libro del Génesis:
Dijo Dios: "Dijo Dios: "Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años; y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra." Y así fue. Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas; y los puso Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra, y para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien. Y atardeció y amaneció: día cuarto"... Palabra del Señor
Todos: "Demos gracias a Dios"
Tras un momento de silencio, los miembros de la familia ofrecen oraciones de acción de gracias por el año que ha pasado, y de intercesión por el año venidero (oraciones espontáneas)
El 1 de enero, sería apropiado concluir estas oraciones con la Letanía de la Santísima Virgen María ya que es la fiesta solemne de María, la Madre de Dios. Al final, todos unen sus manos para para orar el "Padrenuestro".
Líder: "Pidamos ahora la bendición de Dios para el Año Nuevo"
Tras un breve momento de silencio, los padres pueden imponer manos sobre sus hijos en bendición mientras que el líder dice:
Líder: "Acuérdate de nosotros, Señor, pues de edad en edad eres nuestro consolador. Tú nos has dado la maravilla del tiempo, y nos haz bendecido de día y de noches, por estaciones y años. Bendice a tus hijos al final de este año y llena los meses del año venideros con la esperanza resplandeciente que hemos recibido con la venida de Cristo... Tú eres nuestro Dios, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Todos: "¡Amén!"
Para finalizar, se puede decir otra oración por la paz, todos juntos
Señor, hazme un instrumento de tu paz:
donde haya odio, que lleve yo el amor;
donde haya ofensa, que lleve yo el perdón;
donde haya duda, que lleve yo la fe;
donde haya error, que lleve yo la verdad;
donde haya desesperación, que lleve yo la esperanza;
donde haya oscuridad, que lleve yo la luz;
donde hay tristeza, que lleve yo la alegría.
donde haya odio, que lleve yo el amor;
donde haya ofensa, que lleve yo el perdón;
donde haya duda, que lleve yo la fe;
donde haya error, que lleve yo la verdad;
donde haya desesperación, que lleve yo la esperanza;
donde haya oscuridad, que lleve yo la luz;
donde hay tristeza, que lleve yo la alegría.
Oh Divino Maestro, haz que yo
no busque tanto ser consolado, sino consolar,
ser comprendido sino comprender,
ser amado como amar.
Porque es dando que se recibe;
perdonando que se es perdonado;
muriendo que se nace a la vida eterna.
Amén.
(oración atribuida a San Francisco de Asís)
no busque tanto ser consolado, sino consolar,
ser comprendido sino comprender,
ser amado como amar.
Porque es dando que se recibe;
perdonando que se es perdonado;
muriendo que se nace a la vida eterna.
Amén.
(oración atribuida a San Francisco de Asís)
Líder: "Bendigamos al Señor"
Todos, haciendo la señal de la cruz, dicen: "Demos gracias a Dios"
La oración puede concluir colocando algún canto típico o un villancico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario