martes, 30 de enero de 2018

El más grande error que muchas mujeres jóvenes cometen hoy en día


chica triste rostro bajo llorando

Mantente deseosa de abrazar la espera de la voluntad de Dios. Pídele que abra tus ojos para ver lo que él tiene para ti

Cuando estaba en secundaria, tuve mi primer gran desilusión. Él era alto, piel bronceada y unos cabellos rubios rizados de ensueño. Mantuve mi interés en él hasta que recibí una invitación a su fiesta de cumpleaños número trece.
Honestamente no podía creer que me había invitado. En realidad nunca habíamos hablado y, ciertamente, yo no era el tipo de chicas con las que a él le gustaba coquetear. Así que al llegar a mi casa, supliqué a mi mamá que me dejara ir a esa fiesta. Era una de mis primeras fiestas donde irían chicos y chicas. ¡Y yo había sido invitada! Me sentí tan afortunada cuando mi mamá me dio permiso.
Estaba muy nerviosa. Quería que mi ropa y mi cabello estuvieran perfectos. Quería que él lo notara y que quisiera platicar conmigo. Era cursi, lo sé, pero estaba en secundaria, el clímax de la locura.
De camino a la fiesta no pronuncié una sola palabra. Mi mamá me preguntó que si todo estaba bien, le dije que estaba nerviosa y lo que me causaba este chico. Ella sonrió y me dijo que me divirtiera y que disfrutara con mis amistades. Así que decidí hacerlo.
Al subir los escalones, llamé a la puerta y me abrió su mamá. Ella me dio la bienvenida y me llevó a donde estaban todos los chicos. Era la típica fiesta de los noventas, donde había pizza, música y se veía a todos bailando el “break dance” de M.C. Hammer. La verdad es que me estaba divirtiendo bastante… hasta que el festejado sugirió hacer el juego de “girar la botella”.
Si no estás familiarizada con este juego, te lo explico, se hacen dos círculos, uno de chicos y otro de chicas, un chico gira la botella en medio del círculo de las chicas y la que es señalada por la botella, es besada por el chico. Era una cosa bastante loca para una chica de secundaria. Estaba tan asustada como emocionada por este juego. Cuando me senté, pensé en qué haría si me tocara besar a alguno de los chicos “corpulentos” ¿correría? ¿Le diría que no? ¿O qué tal si tuviera que besar a alguien que fuera atractivo?
Mientras estaba entretenida con estas ideas, el chico del cumpleaños llegó a nuestro círculo y giró la botella.
“Respira Ashley. Solo respira” era todo lo que podía pensar. “Probablemente no sea a mi” me decía a mí misma mientras la botella giraba y giraba…
Entonces sucedió lo inesperado..!!!
Cuando la botella empezó a detenerse, vi que me iba a señalar directito a mí.
Oh Dios Mío.
Mi corazón latió a mil por hora mientras él caminaba hacia mí. Cerca, más cerca, y más cerca. Todos los chicos gritaban “oooooohhh, aaaaaaaahhhhh” y pensé que me estaba riendo de nervios y cerré los ojos para prepararme al gran beso. Ese beso era una locura, pero realmente deseaba esa experiencia, después de todo, ese chico me encantaba. Esperé con mis ojos bien cerrados, hasta….   Nada….  No sucedió nada.
Empecé a escuchar que todos se reían, y cuando abrí los ojos pude ver que ese chico movía su cabeza de un lado a otro diciendo:
"No, no quiero besarla. Paso"
Estaba aterrorizada. Las risas golpeaban mis oídos. Reaccioné como si “yo tampoco quiero besarte”. Pero por dentro estaba totalmente avergonzada y con el corazón apachurrado.
Mi mente empezó un bombardeo de pensamientos.
¿Cómo pudo hacerme esto? No despreció a ninguna otra chica ¿por qué a mí sí? Deseaba con todas mis fuerzas que esta fiesta se terminara.
Cuando mi mamá me recogió, mis ojos se llenaron de lágrimas. Ni siquiera podía hablar. Ya cuando me consoló pude decirle lo que había pasado.
“Mamá, ¿por qué razón no le gusto? ¿Qué tengo mal? ¿Por qué no me quiso besar? ¿Qué tengo que hacer para gustarle?
Todo esto le preguntaba a mi mamá, que probablemente estaba desilusionada porque su hija preadolescente había participado en ese juego y resultó con el corazón partido.
En cuanto llegamos a la casa, me preparó una merienda mientras mis ojos se desahogaban. Finalmente cuando las lágrimas se acabaron, ella me dijo algo que no olvidaré jamás:
“Ashley, Tú eres muy especial, eres una chica preciosa y pequeña, y no necesitas forzar a alguien a que te bese o incluso que te ame. Tu eres digna de amar y mereces un amor que te corresponda así como eres. El chico ni siquiera se merecía besarte, y no merece ninguna de tus lágrimas"
Yo estaba casi esperando que me dijera: “Vamos al centro comercial y  te compraré un maquillaje para que la próxima vez le llames más la atención” Pero eso no fue lo que dijo. Ahora le agradezco por esa gran sabiduría que compartió conmigo ese día.
Eso sucedió hace más de veinte años y honestamente aún puedo sentir cómo esas palabras se convirtieron en un punto de partida para mí y me ayudaron a enfocar mi mirada hacia lo que Dios tiene preparado para mí. Así es, amigas, esto pudo haber sido solamente otra tonta historia de secundaria, pero es la manera en la que muchas chicas y mujeres tienden a responder hacia el amor y las relaciones hoy en día.
Muchas de nosotras sentimos que debemos forzar el amor romántico y terminamos regateando lo que Dios nos regala para nuestras relaciones, terminando heridas en ese proceso.

Dios no nos pide que le supliquemos su amor.

Dios voluntariamente nos envió a su Hijo para morir por nosotros en la cruz debido al gran amor que nos tiene. Esto es amor verdadero.
Así como mujeres jóvenes, nosotras aspiramos a conectarnos con el compañero de nuestra alma, y esto es una cosa buena cuando elegimos amar y ser amados a la manera de Dios.
Cuando tratamos de convencer a alguien que nos ame, nos ponemos a nosotras mismas en una postura muy comprometedora, ya que bajamos nuestro estándar e ignoramos los valores en un esfuerzo por “arreglar” al hombre, esperando a que madure un poquito, o simplemente hacerle creer que nosotras estamos mereciendo su amor. Este es un círculo tóxico que solamente conduce a la desilusión y al rompimiento del corazón.
Mujer, Dios no te pide “componer” a ningún hombre, solamente él puede hacer eso. Así que por favor deja de pretender hacerlo. En su lugar, cree en la verdad de Dios que dice que somos  mujeres “temerarias y maravillosamente hechas” con dones únicos y talentos que Él nos ha dado intencionalmente para traerle  gloria y hacer la diferencia en el mundo.
Detengamos el ponernos a nosotras mismas en la agonía de forzar a alguien que queremos que nos ame cuando claramente no es para nosotras. Nosotras podemos salvar al mundo del dolor  evitando relaciones románticas con hombres que no tienen el corazón para Dios, tal como nosotras… no importa que tan atraídas estemos hacia ellos.
Chica dulce, Dios tiene un maravilloso plan para tu vida, ya sea con o sin un hombre. Mantente deseosa de abrazar la espera de la voluntad de Dios. Pídele que abra tus ojos  para ver lo que él tiene para ti. No te enfoques en encontrar al hombre que tú quieres rogándole a Dios que puedas convencerlo de que te ame, mejor pídele a Dios que llegue el hombre correcto en Su tiempo.
Sé que esto es difícil, pero por esta vez, entiéndeme. No lo arregles. Cuando lo tratamos de hacer, nos envolvemos en un remolino de juegos torcidos y superficiales que no nos llevarán más que a un tonto juego de secundaria de “girar la botella”
Y sabemos hacia donde nos llevaría.
Tú eres digna de amar y mereces amor. Ninguna persona puede llenar nuestra vida de amor como Dios. Solamente Él puede residir en nuestros corazones. Oro por ti y por cada una para que crean hoy en esta verdad.

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Adaptación y traducción al español por Rafael Ruiz, para PildorasdeFe.net, de artículo publicado en: Ashley Willis´s Blog, autor: Ashley Willis


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