La respuesta a la pregunta curiosa de un niño
Yo me bauticé de chiquito, como muchos otros niños. ¿Por qué, en cambio, Jesús fue bautizado de grande?
El bautismo de los niños no existía en el tiempo de Jesús. Es una novedad de los cristianos. Cuando Jesús era chico, existían otros ritos, vinculados a la tradición religiosa de su pueblo, y él, bajo el cuidado de María y José, los cumplió todos.
Uno de esos ritos era la circuncisión, es decir, el corte de un pequeño pedazo de piel en la punta del pene. Este rito, practicado aún hoy, se realiza a los ocho días del nacimiento y marca la pertenencia al pueblo de la Alianza, es decir, los judíos. En esa ocasión se le puso el nombre de Jesús. El nombre engloba el misterio y la vida de quien lo lleva, como una promesa futura.
Dios tiene un proyecto de bien para cada uno y es como si el nombre lo indicara. Jesús significa “Dios salva”: de hecho Él es el Mesías, es decir, el elegido por Dios para la salvación de la humanidad.
Otro rito es la purificación ritual (que respecta a María), que se narra junto a la “expiación” de Jesús en cuanto primogénito, episodio que actualmente se conoce como la presentación de Jesús en el Templo (Lc 2, 22-24) y que se celebra el 2 de febrero, día llamado también de la “candelaria”.
En aquella ocasión, la pequeña familia de Nazaret conoció a Simeón y a Ana, los dos personajes del Templo de Jerusalén que fueron los primeros en recibir el anuncio de la gran misión de Jesús.
¿Podíamos considerarlos como el padrino y la madrina?
Si realmente quieres ver una analogía entre el Bautismo y los ritos recibidos por Jesús, podríamos decir que sí. Los padrinos y las madrinas tienen la tarea de garantizar la sinceridad de quien pide el bautismo.
Este papel tenía mucha importancia en los primeros siglos, cuando eran sobre todo los adultos quienes se convertían y pedían poder entrar en la gran familia de los cristianos. Los padrinos y las madrinas se responsabilizan de la preparación y acompañaban a la persona a recibir el sacramento con conciencia.
También tienen la tarea de transmitir la fe, son como el cable de alimentación que permite que tu celular esté siempre cargado.
Y Dios no podía escoger padrino y madrina mejores para Jesús: Simeón era un hombre justo y devoto que esperaba con ansia ver al Mesías con sus propios ojos y Ana era una profetisa que había dedicado toda su vida al Señor.
¿Y cuando se hizo grande, Jesús recibió el bautismo?
Sí, pero no el Bautismo como tú lo entiendes.
Juan Bautista, primo de Jesús, era un gran profeta, uno de los más grandes, y empezó a administrar un “bautismo de conversión” (Mc 1,4) en las aguas del río Jordán, en espera de la venida del reino de Dios que consideraba que estaba muy cerca. Era un gesto de conversión, de cambio de ruta.
En la práctica los adultos que querían prepararse mejor para la venida del reino de Dios, con este rito pedían perdón a Dios por sus pecados, comprometiéndose a un verdadero cambio moral.
Y Jesús, ¿qué pecados tenía que hacerse perdonar?
Esta es una buena pregunta. Jesús no tenía culpas que hacerse perdonar: de hecho en el Evangelio de Mateo leemos que Juan no quería bautizar a Jesús, sabía bien que él era el Hijo de Dios.
Pero Jesús quiso que lo hiciera igualmente, para ser solidario con su gente. Humildemente se puso en fila, como uno de los muchos pecadores. Así demostró amarlos intensamente a todos.
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