A lo largo de los siglos, la imagen ha sido origen de incontables milagros
En un pueblo italiano a las afueras de Roma existió una iglesia construida en honor de Nuestra Señora del Buen Consejo que había caído en un grave estado de abandono.
El pueblo no tenía suficiente dinero como para restaurar la iglesia, de modo que esperaron y rezaron por un milagro.
Entonces, según una leyenda popular, el 25 de abril de 1467, antes de una misa en honor a san Marcos, los habitantes del pueblo presenciaron una visión maravillosa.
Escucharon una música melodiosa que venía desde el cielo y, al alzar la vista, vieron una nube blanca de tremenda belleza luminosa. La nube descendió lentamente hasta que quedó flotando junto al muro de una capilla lateral de la iglesia.
La nube empezó a desvanecerse y, en su lugar, quedó una imagen milagrosa de Nuestra Señora. Casi inmediatamente todos los enfermos quedaron sanados. Desde entonces, la imagen y la devoción de Nuestra Señora del Buen Consejo ha conseguido innumerables curaciones.
Sin embargo, aunque la imagen vino desde el cielo, la pintura era real y había sido milagrosamente transportada desde una iglesia en Albania.
Allí, después de varias derrotas militares, se temió que la iglesia fuera destruida y la preciosa imagen profanada. Entonces, dos hombres presenciaron cómo la imagen de Nuestra Señora se separaba de la pared de la iglesia y echaba a volar por el cielo.
Siguieron la imagen hasta llegar a Roma, donde la vieron desaparecer. Después de indagar por el lugar, descubrieron que la imagen que buscaban venida de Albania era la que había descendido en la iglesia de Nuestra Señora del Buen Consejo.
Sean cuales sean los orígenes exactos de la imagen, lo cierto es que es una preferida de los fieles cristianos de todo el mundo y que muchos milagros siguen sucediendo por la intercesión de la Santísima Virgen María bajo su título de Nuestra Señora del Buen Consejo
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