Esta oración invoca la ayuda a San Antonio de Padua para restaurar la gracia y el amor en el matrimonio que pudo haberse perdido
San Antonio de Padua es uno de los santos más famosos en todo el mundo, es mejor conocido como el santo que ayuda a encontrar objetos perdidos: artículos de uso diario, documentos importantes, incluso puede encontrar la fe perdida, el amor extraviado, los sentimientos olvidados y muchos asuntos importantes que en el transcurso de nuestra vida, se han apartado de nosotros por nuestro propio descuido personalSan Antonio de Padua, nació en Lisboa en 1195, se llamaba Fernando y era el hijo mayor de una familia muy influyente de la localidad. Sus padres tenían grandes planes para él, y así lo arreglaron para una buena educación.
Sus padres estaban pensando en una carrera eclesiástica o burocrática, pero Fernando terminó decepcionándolos a ellos por la elección de una vida dedicada más directamente al servicio del Señor.
San Antonio de Padua fue bien conocido por su práctica de la piedad y el fervor en la oración. De hecho, una de las primeras leyendas que se ciernen sobre él, es que en una oportunidad, mientras se encontraba en profunda oración, fue molestado por un demonio, entonces él persiguió ese demonio a lo largo del camino haciendo una señal de la cruz en el suelo.
La oración que sigue invoca la ayuda a San Antonio de Padua para recuperar y restaurar la gracia del matrimonio que en algún momento pudo haberse perdido
Oración a San Antonio para restaurar del matrimonio.
Glorioso
San Antonio, tú que has ejercido el poder divino de encontrar todo
aquello estaba perdido, ayúdame a recuperar la gracia de Dios que recibí
en el sacramento del Matrimonio
Que
mi pareja y al igual que yo, podamos volver a sentir la fortaleza, el
ánimo, la esperanza y la fe, que un día nos tuvimos y que hoy se ha
visto debilitada debido a los rumbos y decisiones equivocadas que hemos
tomado en la vida.
Ayúdanos
a encontrar nuevamente ese amor servicial en el que nos desvivíamos el
uno por el otro para hacer feliz al otro. Que esa caridad vuelva a
encenderse como una llama inextinguible para que una y alegre los
corazones de ambos.
Que
podamos encontrar momentos para donarnos el uno al otro en la intimidad
de nuestra relación y hacer sentir al otro cuánto apreciamos su
presencia y el tiempo compartido.
Oh
San Antonio, ayúdanos a encontrar nuevamente el deseo de amarnos sin
medidas. Que podamos encontrar el perdón para las situaciones dolorosas
que hemos vivido y sanar todas las heridas que nos hayamos podido causar
en momentos de inmadurez e indiferencia.
Ven
y fortalece nuestro espíritu para que podamos, cada uno de nosotros,
amar más a Dios por sobre todas las cosas, dedicarle un tiempo personal y
volver a encontrar formas de reconciliación, a medida que nos
reconciliamos con Él.
Oh
estimado San Antonio, bendice y protege a mi familia; mantenla unida en
el amor, ese amor que nos sostiene en cada una de nuestras necesidades
cotidianas, y mantenla libre del mal.
Bendice a mi cónyuge (nómbralo)
y a mí. Ayúdanos a vivir con dignidad a través de los frutos de nuestro
trabajo para que podamos tener la oportunidad de criar y educar a los
hijos que el Señor nos ha dado y que vendrán si así Él lo desea.
Bendice
a nuestros hijos, que puedan mantenerse sanos y con bondad en el
corazón. Ayúdalos a que nunca se pierdan por el camino, y si esto
pasase, ayúdales a encontrar el camino de regreso al amor. Ayúdalos
además, a concentrarse en sus estudios y a ser personas preparadas para
el futuro.
No
permitas que pierdan su fe y su pureza en medio de las muchas ocasiones
que el mal les tentará en su crecimiento espiritual y personal.
Ayúdanos
a comprender a nuestros hijos y a guiarlos a través de nuestras
palabras y nuestro ejemplo de modo que siempre puedan aspirar a los más
nobles ideales de la vida y ser capaces de poner en práctica su vocación
humana y cristiana.
Amén.
Oración final
Amado
San Antonio, glorioso sirviente de Dios, famoso por tus méritos y
milagros poderosos, ayúdanos a encontrar todo esto que perdimos.
Asístenos con tu ayuda en los momentos de tentación; e ilumina nuestras mentes en la búsqueda de la voluntad de Dios.
Ayúdanos
a encontrar de nuevo la vida de la gracia, esa gracia que una vez
destruyó nuestro pecado, y que nos lleva a la posesión de la gloria que
nos ha prometido el Salvador.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
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