martes, 23 de octubre de 2018

¿Los pecados de los antepasados influyen en nuestras vidas?




¿Es verdad que el árbol genealógico puede estar espiritualmente "enfermo"?

Querido padre Gabriele, algunas veces oímos hablar en el ámbito carismático del “árbol genealógico”. ¿Qué puede decir usted al respecto?
Esta es una cuestión controversial. Hay quien sostiene que las consecuencias de las culpas morales graves, las cuales mancharon a los propios antepasados -como por ejemplo homicidios, abortos, suicidios, prácticas mágicas, etc.-, se propagan a las generaciones sucesivas.
Atención, no es la culpa moral, que es siempre y solamente personal, sino sus consecuencias, como por ejemplo la tendencia innata a repetir los mismos actos pecaminosos de los antepasados. Una especie de “inclinación” espiritual, que llegaría a los hijos, nietos, bisnietos y así descendería en el árbol genealógico. Como se transmiten los caracteres hereditarios fijos en la transmisión de la vida, así sería para aquellos espirituales.
Para librarse de esta tendencia, cada descendiente debería renunciar a ellos con un estilo de vida cristiano. A través de un camino de purificación, se lograría -una vez localizada la tendencia pecaminosa, que puede bordear en lo compulsivo- enmendarse en ella.
Esto sería de cualquier manera la transmisión del carácter “enfermo” a los descendientes. La tesis es difundida por nosotros en el libro del psiquiatra inglés Kenneth McAll Hasta las raíces, el cual sostiene -citando casos observados por él- que la causa de los males puede depender de cuestiones de generación.
Se habla también de misas de sanación del árbol genealógico
Lo confirmo. Se celebran misas para interceder por los difuntos que, a causa de sus pecados, aún no gozan de la luz de Dios y están en el purgatorio.
El libro de McAll cita episodios en los que, tras esta misa carismática,desaparecen los efectos negativos sobre los vivos como consecuencia de la liberación de aquellas almas del purgatorio. Sea lo que fuere, es siempre oportuno celebrar misas por nuestros queridos difuntos, también por aquellos que nunca conocimos y que, tal vez, vivieron hace siglos.
¿Qué piensan los exorcistas -y usted- sobre la cuestión del árbol genealógico?
No existe una posición uniforme. Cada uno ha desarrollado una posición personal con base en la experiencia que ha madurado.
Yo he tenido algunos casos en los que la persona que sufría una posesión demoníaca tenía ascendientes que practicaban la magia y la brujería. Aunque no me parece que estos episodios puedan representar una razón suficiente de demostración de la tesis.
Se necesitan nuevas perspectivas teológicas. Además, mi maestro, el sacerdote Candido Amantini, tenía dudas sobre si los malos espíritus se difunden por vía de las generaciones.

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