Sean tus necesidades tanto económicas como espirituales, la Virgen Madre puede ayudarte
Todos tenemos nuestros problemas –algunos mayores que otros— y a menudo necesitamos desesperadamente una solución.
San Juan de Mata vivió una situación de este estilo pero, en vez de rendirse, recurrió a la Virgen María. Miles de cristianos estaban siendo capturados y esclavizados, de modo que san Juan pidió a la Santa Madre que intercediera y proporcionara dinero para pagar su rescate.
María lo sacó del apuro y san Juan fue capaz de liberar a muchos esclavos cristianos. En el Día de Acción de Gracias, san Juan rindió honores a María como “Nuestra Señora del Buen Remedio”.
Si alguien sabe cómo asegurar un remedio positivo para una situación difícil, esa es la Santísima Madre.
Aquí tenéis una novena especial a Nuestra Señora del Buen Remedio para pedirle ayuda “con tus oraciones e intercesión a encontrar el remedio para nuestros problemas y necesidades”
OH, REINA DEL CIELO Y DE LA TIERRA, Santísima Virgen, nosotros te veneramos. Tú eres la Hija Bien Amada del Dios Altísimo, la Madre elegida por el Verbo Encarnado, la Esposa Inmaculada del Espíritu Santo, el Vaso Sagrado de la Altísima Trinidad.
Oh, Madre del Divino Redentor, que bajo el título de Nuestra Señora del Buen Remedio, vienes en ayuda de todos los que te llaman, extiende sobre nosotros vuestra protección maternal. Dependemos de ti, ¡Oh!, Querida Madre, como hijos sin ayuda y necesitados, dependen de una madre tierna y cuidadosa.
(Oración del Ave María)
NUESTRA SEÑORA DEL BUEN REMEDIO, fuente de ayuda infalible, permítenos retirar de tu tesoro de gracias, en nuestro tiempo de necesidad, todo lo que necesitamos. Toca los corazones de los pecadores, a fin de que puedan buscar la reconciliación y el perdón. Conforta a los afligidos y a los solitarios, ayuda a los pobres y a los que perdieron la esperanza; ayuda a los enfermos y a los que sufren. Puedan ellos ser curados de cuerpo y alma, y fortalecidos en espíritu para soportar sus sufrimientos con paciente resignación y fortaleza cristiana.
(Oración del Ave María)
QUERIDA SEÑORA DEL BUEN REMEDIO, fuente de ayuda infalible, tu Corazón compasivo conoce el remedio para toda aflicción y miseria que encontramos en la vida. Ayúdanos con tus oraciones e intercesión a encontrar el remedio para nuestros problemas y necesidades, especialmente… (Indica aquí tus intenciones especiales).
De nuestra parte, ¡Oh! Madre amorosa, nos comprometemos a un estilo de vida más intensamente cristiano, a una observancia más cuidadosa de la ley de Dios, a ser más conscientes al cumplir las obligaciones de nuestro estado de vida y a esforzarnos para ser instrumento de salvación en este mundo arruinado. Querida Señora del Buen Remedio, está siempre presente junto a nosotros y que, a través de tu intercesión, podamos gozar de salud de cuerpo, de paz de espíritu y crecer en la fe y en el amor a tu Hijo Jesús.
(Oración del Ave María)
V. Ruega por nosotros ¡oh!, Santa Madre del Buen Remedio.
R. Para profundizar nuestra fe en tu Hijo y trabajar con dedicación en la renovación del mundo vivo con Su Espíritu.
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