El padre Raúl Montoya denunció que la intención de los grupos violentos afectos a Nicolás Maduro, “era asesinar al presbítero Andry Sánchez”
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El padre Andry Sánchez, párroco de “Nuestra Señora de Guadalupe” en Sierra Maestra, municipio San Francisco del estado Zulia (Venezuela), informó que este domingo 27 de enero, el templo guadalupano que administra fue profanado “por bandas armadas afectas al partido de gobierno” de Nicolás Maduro, “perpetrada exactamente cuando se celebraba la eucaristía para los niños de Primera Comunión y Confirmación”.
En el comunicado, enviado a Aleteia por el consejo de laicos del lugar, se puede leer que los delincuentes “irrumpieron con palos, armas de fuego e incluso con granadas fragmentarias”. Esta profanación, además, “puso en peligro la vida de casi 700 personas que asisten cada domingo a la misa de los niños”; y generó “daños físicos y morales” al sacerdote, religiosas, monaguillos, ministerio de música y feligreses.
Intentaron asesinar al párroco
“Ha sido profanada la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe”, dijo el padre Raúl Montoya, a través de un video en el que dio cuenta del acto cometido. Ratificó que la responsabilidad recae en un grupo de personas afectas al “madurismo” y al PSUV.
El sacerdote expresó que destruyeron “el ornato de la iglesia, profanaron el Santísimo Sacramento y dispararon dentro el templo para dispersar a los creyentes que estaban en la eucaristía”. Lo peor estaba por ser escuchado: “Ha sido agredido su sacerdote y párroco, el padre Andry Sánchez con la intención, prácticamente, de asesinarlo”.
El diputado a la Asamblea Nacional, Julio Montoya, vecino de esta comunidad y hermano del padre Raúl, señaló que “estos hechos delictivos fueron auspiciados por el Gobernador del Zulia, Omar Prieto y el alcalde Dirwings Arrieta, quien encabezó el triste episodio que culminó con la profanación de la iglesia y varios heridos”.
Explicó que se trata del segundo hecho de violencia en menos de diez días, ya que el 19 de enero ocurrió un hecho similar contra los asistentes a un cabildo abierto, aunque en esa ocasión no ingresaron a las iglesias de la zona. “Esta vez se registró ante la indolencia de la policía que se encuentra a pocas cuadras del lugar”, expresó.
Moronta: “Hemos advertido estos hechos”
Mario Moronta, obispo de San Cristóbal, en relación con los hechos de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, indico que estos no son hechos aislados. “En varias reuniones hemos avisado que es probable que comienzan algunas acciones contra sacerdotes o contra instancias de la iglesia”, señaló en relación al clero tachirense.
Recordó que el pasado 23 de enero, en Maturín, “fue asediada la catedral estando el obispo, los sacerdotes y muchos fieles adentro (…) fue rodeada de militares y colectivos”. Agregó que “ahí mismo”, en Maturín, “un oficial amenazó con que se llevaran presos a los sacerdotes que participen y animen las marchas”.
Porras: “Marchar es un derecho”
Las autoridades de la iglesia han acompañado a los ciudadanos a las diferentes marchas convocadas en las últimas fechas, y pareciera que no será la excepción en las previstas para el miércoles 30 de enero y el sábado 2 de febrero, según convocó este 27 de enero el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó. Pero los religiosos están alertas.
“Salir a marchar es un derecho. Si lo hacen que sea sin protagonismos, ni consignas. En actitud fraterna”, dijo el cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, con motivo de la jornada del 23 de enero. “Que salgan simplemente para acompañar y proteger a la gente (en especial a los más vulnerables) y a trasmitirles esperanza, alegría y paz”, dijo Porras, de acuerdo con lo publicado en @ArquiCaracas.
“Siempre hemos estado junto a los oprimidos en los barrios, entre los campesinos, junto a los indígenas y excluidos. Acompañamos a la gente en sus penas y en sus glorias. Hoy no podíamos dejarlos solos y jamás expuestos ante fuerzas represivas que violan los derechos humanos”, sostuvo Porras.
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