15.3.20/5:00 pm.
Pequeño amado, esta es
una oración que, al realizarla estando en estado de gracia,
se vuelve muy poderosa e imposible de no ser escuchada por vuestro Dios y la
Corte Celeste.
Es una oración tan poderosa que, al realizarla en adoración, a toda alma tibia convertirá
en
piadosa.
Es una oración tan poderosa, porque me ha sido pedida con amor, humildad y gratitud, sabiendo que el poder
sobre
todas las
cosas está
en
Mí, su Dios.
Clamarán pequeño mío y Yo los
escucharé. Clamarán y harán llegar la gracia.
Clamarán y en la angustia no vivirán, pues ante Mí, han dejado la súplica de Mi
Misericordia.
Clamarán y Yo su Dios los
escucharé, pues
esta súplica ha sido bendecida por
Mí, para que todo aquel que así lo pida, encuentre paz
y seguridad de haber sido escuchado.
No hay caridad más
grande que pueda ofrecer un alma, que pedir por
los
demás.
No hay regocijo más grande de vuestro Dios, que ver
vuestra acción pidiendo en oración, por todo hermano que en necesidad está.
Os he arropado pequeño mío dentro de Mi Corazón Trinitario, ni una duda debéis
tener que el
que de Mi Mano va, ya su camino sellado está para caminar hacia la
eternidad.
En Mi Paz y Mi
Corazón por
siempre, bajo el Manto
protector
de
vuestra Madre, y la ayuda de los Ángeles
y los Santos del
Cielo, que saben de la importancia de
vuestra misión.
Los tiempos
y el
camino serán trazados; la prudencia, pequeño mío, en estos
momentos es
esencial.
Sí querido mío, esta oración lleva Mi
Sello y Mi
Bendición. Darás testimonio llevando esperanza.
Darás testimonio de que Mi
Palabra es cierta,
pues vuestros ojos verán y han visto los que muchos aún no alcanzan a creer, que Yo estoy
vivo
y a su lado voy.
En adoración constante debéis
estar, pidiendo
por aquellos que de este
mundo se han ido ya, por
aquellos que en este mundo aún están.
Tiempo en que la gracia bendita habitará en cada corazón,
que
pidiendo piedad y misericordia está
por está humanidad.
Tiempo de penitencia. Tiempo de arrepentimiento. Tiempo de perdón.
Tiempo de permitirme entrar en vuestro corazón,
sabiendo y sintiendo
que solos no van, que solos no están.
Las tinieblas que arropan este mundo, eliminadas serán.
Las tinieblas que arropando están a muchos corazones, saldrán de aquellos
que, con verdadero arrepentimiento, pidan perdón y ofrezcan su vida para
realizar el bien.
Tiempo de prueba.
Tiempo de gracia. Tiempo de oración,
pues la angustia a muchos llegará.
¡Piedad, Señor, piedad!
Dios
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