Salmo 33
Haz la prueba y verás
qué bueno es el Señor. Aleluya.
Bendeciré al Señor a
todas horas; no cesará mi boca de alabarlo. Haz la prueba y verás qué bueno es
el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él.
Haz la prueba y verás
qué bueno es el Señor. Aleluya.
En contra del malvado
está el Señor para borrar de la tierra su recuerdo; escucha, en cambio, al
hombre justo y lo libra de todas sus congojas.
Haz la prueba y verás
qué bueno es el Señor. Aleluya.
El Señor no está
lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Mucha tribulación pasa el
justo, pero de todas ellas Dios lo libra.
Haz la prueba y verás
qué bueno es el Señor. Aleluya.
ORACION:
Quítame mis miedos y
mis angustias, Te pido por mi alma, PADRE yo confió en ti´, pero aumenta mi FE,
pero no me dejes pecar, PADRE yo no quiero ofenderte, PADRE yo quiero vivir según
tus mandamientos.
ORACIÓN DE INTERCESIÓN PARA ESTOS TIEMPOS
Únete con Fe y
Confianza,
pues un Padre que
ama,
siempre escucha la
voz de sus hijos.
Oremos…
Dios Padre
Todopoderoso:
En el Nombre de Tu
Hijo Jesús, por Su Sagrada Pasión,
por Su Presencia Real
y Misericordiosa en la Santa Eucaristía,
por el Corazón Doloroso
e Inmaculado de María,
envía tu Santo
Espíritu para que, por Su Santa y Poderosa Unción,
nos otorgue la Salud
del Alma y del Cuerpo,
protegiéndonos de
toda amenaza actual o futura.
Permítenos caminar
bajo el Manto de María,
nuestra Madre
Amorosa, tu Hija Predilecta y Llena de Gracia,
junto a San José, a
todos los Santos cuyos méritos has reconocido,
y protegidos por San
Miguel Arcángel y sus milicias celestiales.
¿Quién como Dios?
¡Nadie como Dios!
Amén
¡C o m p á r t e l a
ORACIONES A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la
batalla.
Sé nuestro amparo
contra las
perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios,
pedimos suplicantes,
y tu príncipe de la
milicia celestial
arroja al infierno
con el divino poder
a Satanás y a los
otros espíritus malignos
que andan dispersos
por el mundo
para la perdición de
las almas.
Amén.
(Aunque no es
obligación, se puede continuar con gran provecho la práctica de rezar esta
oración después de la Santa Misa como se hacía antes del Conc. Vat. II.)
Para pedir la protección del Cielo:
Oh gloriosísimo San
Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y
defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los
rebeldes espíritus infernales. Humildemente te rogamos, te digne librar de todo
mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu
fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos
cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce todos los
días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos
por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de
este mundo seamos presentados por tí, libres de toda culpa, ante la Divina
Majestad.
Amén.
YO TE AMO PADRE OBRA
EN MI, YO NECECITO DE TI
POR JESUCRISTO
NUESTRO SEÑOR.
AMEN.
¡C o m p á r t e l a!
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