jueves, 13 de diciembre de 2018

La incorruptibilidad del manto de Guadalupe: la ciencia no encuentra explicaciones





Su extraordinario estado de conservación “está completamente fuera de todo tipo de explicación científica”

El investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México Adolfo Orozco, señaló que el extraordinario estado de conservación del manto de la Virgen de Guadalupe “está completamente fuera de todo tipo de explicación científica”.
Orozco, que también es especialista en el manto de la Virgen, habló en Phoenix, EUA, en el 1º Congreso Internacional Mariano sobre la Virgen de Guadalupe, en agosto de 2009.
El especialista dijo que “todos los tejidos similares a los del manto que fueron colocados en ambientes húmedos y salinos como el que rodea a la Basílica, no duraron más de diez años”.
En 1789 fue pintada una copia de la imagen de Guadalupe.
“Esa imagen fue realizada con las mejores técnicas de su tiempo, era hermosa y estaba hecha con un tejido bastante similar al del manto original. Además de eso, también estaba protegida con un vidrio desde que fue expuesta”, señaló.
La imagen del santuario
Sin embargo, “ocho años después, esa copia tuvo que ser relegada porque estaba perdiendo sus colores y las fibras se estaban rompiendo.
En contraste – subrayó Orozco – el manto original viene exponiéndose desde hace 116 años sin ningún tipo de amparo, recibiendo los rayos infrarrojo y ultravioleta de decenas de miles de velas que han estado cerca de él”.
Una de las características más interesantes del manto, prosiguió, “es quela parte de detrás del tejido es rugoso y poco liso; mientras que la parte de adelante (donde está la imagen de Guadalupe) es ‘tan suave como la seda’ como señalaban los pintores y científicos en 1666; y confirmó casi cien años después, en 1751, el pintor mexicano Miguel Cabrera”.
El manto de san Juan Diego está hecho de fibras de agave (de la misma familia botánica que produce el sisal y la yuca, foto de abajo).
El doctor Orozco contó otros dos hechos sin explicación científica relacionados con la conservación de la imagen.
El primero tuvo lugar en 1785 cuando un trabajador accidentalmente derramó un líquido que contenía un 50% de ácido nítrico en la parte derecha del tejido.
“Está fuera de la comprensión natural el hecho que el ácido no haya destruido la malla; y que además no dañara las partes coloridas de la imagen”, precisó.
Agave: de un pie semejante al de la foto fue sacada la fibra del manto de san Juan Diego
El segundo se relaciona con la explosión de una bomba cerca del manto en 1921. La bomba explotó a 150 metros de la imagen y destruyó todos los vidrios en ese radio.
Sin embargo, explicó el perito, “ni el manto ni el vidrio común y corriente que lo protege fueron dañados o rotos”. El único afectado fue un Cristo de hierro que se dobló.
“No existe explicación para el hecho de que las ondas expansivas que rompieron los vidrios a 150 metros a su alrededor no destruyeran el que cubría al manto.
Algunos dicen que el Hijo, con el crucifijo que fue afectado, protegió la imagen de su Madre. Lo cierto es que no tenemos una explicación natural para ese hecho”, concluyó.




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